1º Diagnóstico La primera fase en cualquier tratamiento es el DIAGNOSTICO, es decir determinar cuál es la condición actual de su boca, para poder elaborar un plan de tratamiento que restablezca su salud bucal. Para ello, el odontólogo deberá examinar su boca, evaluar radiografías y generalmente otras imágenes como tomografías computadas, etc…, así como indicar exámenes de laboratorio para conocer el estado general del organismo. En suma, compilar una serie de informaciones, que le permitan determinar si el paciente es apto para que se le coloquen implantes.
2º Cirugía Habiendo realizado el diagnóstico y confirmado el plan de tratamiento, el paso siguiente es la CIRUGIA, momento en que se insertan los implantes dentales en el hueso. Esto se realiza en un ámbito acondicionado para tales fines, normalmente con anestesia local, bajo unas estrictas condiciones de asepsia y esterilidad. El post-operatorio es indoloro, pudiéndose no obstante presentar algunos signos de edema (hinchazón) o hematomas (moretones) que desaparecen en 48 o 72 horas. De forma preventiva, se administran antibióticos y antiinflamatorios. A partir de las 48 horas, el paciente puede hacer vida normal.
3º Restauración (prótesis) Transcurrido el tiempo de la oseointregración del implante, es decir el tiempo en el que el implante se integra firmemente en el hueso, (lo que supone un plazo de entre 6 y 12 semanas) podrá comenzarse la etapa protética: impresiones, moldes y pruebas, hasta llegar a la instalación de la prótesis terminada, en un plazo variable de acuerdo a la complejidad de cada caso.
4º Cuidado de los implantes Una vez finalizado el tratamiento, será fundamental un control periódico, así como una minuciosa higiene bucal, general y específica (de los dientes, encías y los implantes) para mantener el estado de salud de toda su boca. Un cuidado adecuado contribuye a aumentar la duración de sus implantes. Su dentista le informará de las medidas que debe tomar y las diferentes métodos de cuidado de sus implantes